Kilian Jornet, junto con Sébastien Montaz-Rosset, presentó ayer en el Palau de la Música Catalana A fine line, la primera de las películas de Summits of my life. 1500 personas completaron el aforo en los tres pases programados en los que también se presentó la campaña de financiación basada en el micromecenazgo.
Agradecido por la gran acogida del público llegaba ayer Kilian al barrio gótico de la ciudad condal. Y no es para menos. El equipo de Summits of my life se había visto obligado a ampliar, con dos pases más, el aforo para esta “premier” y las 1500 entradas disponibles se habían agotado en tiempo récord.
Y es que A fine line no es una película sólo para montañeros. Como afirmó el realizador francés Seb Montaz, “se trata de una historia de éxitos y fracasos” frase que define a la perfección el primer año de Kilian en busca de sus retos en los picos nevados de los Alpes. A pesar de completar con éxito las dos travesías alpinas propuestas para este año, son muchas las cosas que se han perdido por el camino y entre ellas la más importante: la vida de su compañero Stephane Brosse, que cayó en uno de los ascensos de la primera actividad.
“Tuvimos un accidente y se tenía que reflejar en la película, que la montaña da placer y felicidad pero tiene riesgos y peligros y no todo es bonito” explicó el esquiador y corredor de la Cerdaña que, de acuerdo con la familia del alpinista francés, rinde con la película un homenaje al su compañero Steph. “Teníamos la misma filosofía y esto sirve para mostrar su idea de la montaña, lo que quería transmitir a sus hijos".
En este primer capítulo Seb Montaz indaga en el personaje, mediático y discreto, más que en sus logros. ¿Cómo es Kilian Jornet y cómo vive la montaña? Esta pregunta motiva la aparición de algunas de las personas que mejor lo conocen entre los que destacan su madre, su hermana o algunos deportistas de élite como Mireia Miró, Matteo Jacquemoud, o Jordi Tosas.
Ahora el proyecto sigue y el propósito para 2013 está muy claro: conquistar el récord en el ascenso y descenso de los tres gigantes de Europa. Para ello Jornet se desplazará hasta el frío extremo del Elbrus ruso (5642 m) y volverá a los Alpes para atacar el mítico Mattherhorn (4478 m) y la montaña que le ha visto sufrir y disfrutar durante este año, el Mont Blanc (4810 m).
Summits of my life se alargará hasta 2015 y en estos cuatro años también se ha marcado objetivos de altura. Primero, en 2014, el viaje llegará al continente americano también en busca del récord en las montañas más altas de América del Norte y de América del Sur: el McKinley (6186 m) y el Aconcagua (6959 m).
El colofón final a este festín alpinístico se dará en el techo del mundo, el Everest (8.848 m), del que Kilian ha adelantado que quiere ir en estilo ligero y sin montar ningún show por lo que “de ir por la ruta normal, tendríamos que hacerlo fuera de temporada” con lo que conseguirían huir de la imagen y peligros de la masificación. "Lo veo muy lejos todavía, pero es ir haciendo expediciones al Himalaya para ver cómo me siento a 8.000 metros”. Jornet no ha avanzado todavía ninguna expedición concreta aunque sí que ha mostrado su rechazo a subir con oxígeno.
Como vemos, todo lo que toca Kilian se convierte en oro, algo que tal vez tenga que ver con su forma de mirar la vida y la montaña. “La vida son emociones y hay que asumir riesgos para buscar la felicidad” defendió el esquiador catalán. Su proyecto Summits of my life pretende, ante todo, difundir una manera respetuosa y apasionada de hacer las cosas.
Para que busquéis en vuestro interior os dejamos con su carta de valores.
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