La Guardia Civil de Montaña, medio siglo de rescates

FEDME - @fedme_es15/03/2017
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El día 11 de Marzo de 1967 se firma la Orden General nº 5 por la que se crea la especialidad de esquiador-escalador en la Guardia Civil. Se cumplen por lo tanto estos días 50 años de lo que en la actualidad conocemos como Servicio de Montaña en el que se encuadran los GREIM.

Ese mismo año, mediante Orden General nº 27 de 21 de Septiembre se crean los Grupos de Esquiadores-Escaladores. El primer intento de formación de los grupos no tuvo el éxito esperado. Los nuevos especialistas formaban parte de la plantilla de un puesto, desempeñando el servicio en éste y esporádicamente realizaban servicio en la montaña sin un entrenamiento periódico y apenas sin material con qué realizar los rescates.

El primer curso de Esquí-Escalada de la Guardia Civil tuvo lugar durante la primera mitad del año 1967 en el acuartelamiento de Coll de Ladrones, en el valle oscense del río Aragón, mientras otros miembros del Cuerpo se formaban en la Escuela Militar de Montaña de Jaca para configurar los cuadros de instructores de estos cursos.

El 28 de octubre de 1968 el coronel jefe del Tercio de Zaragoza, D. Francisco García Laclaustra, decide agrupar a todos aquellos especialistas en las localidades de Jaca y Boltaña y crear los dos primeros Grupos de Esquiadores-Escaladores de la Guardia Civil, a cargo del Sargento Fulgencio Carbonell Bergua. Poco después, el 1 de noviembre, se forma el Grupo de Sierra Nevada en la capital granadina, dedicándose en época estival a servicios propios del Cuerpo y esporádicamente de montaña.

Hasta la creación de estos grupos, los rescates, en los pocos accidentes que se daban en la montaña española, eran atendidos por los compañeros de la víctima o por los Grupos de Socorro en Montaña de la Federación Española de Montañismo (FEM), creados con voluntarios para tal fin.

La consolidación de la clase media española a principios de los años 60 del siglo XX conllevó una mayor afluencia de gente a nuestras montañas y un incremento del número de accidentes, lo que hizo que se pensase en otro modelo de rescate. Félix Méndez, presidente de la FEM se fijó en el modelo francés que desde 1958 utilizaba a la Gendarmería Nacional para realizar los rescates y lo propuso en la Dirección General de la Guardia Civil.

La idea tenía su lógica; el primer aviso del accidente siempre se recibía en el “cuartelillo” de la Guardia Civil, que además acudía con los voluntarios a levantar el atestado y daba cuenta a la autoridad gubernativa. Implicando a los miembros de la Benemérita en las tareas de rescate se ahorraba el tiempo que se perdía en reunir a los voluntarios de la FEM.

La Guardia Civil ya llevaba desde 1945 instruyendo a sus hombres destinados en las comandancias de fronteras del Pirineo en la práctica del esquí, para poder acceder a los pasos fronterizos y vigilar el contrabando y el paso de personas desde Francia.

Tras aquel embrión que formaron los grupos de Jaca, Boltaña y Granada se formaron otros en Navarredonda de la Sierra (Gredos), Teruel (Sistema Ibérico), Navacerrada (Sierra de Guadarrama), Mieres y León (Cordillera Cantábrica), Viella y Puigcerdá (Pirineo catalán). Sin embargo el sistema de dedicación exclusiva de los grupos del Pirineo oscense no se daba en todas las unidades.

A principios de 1981 el Estado Mayor de la Guardia Civil decide la reorganización de los grupos de esquiadores-escaladores y elige para llevarla a cabo al capitán Fernando Abós Coto gran conocedor de la especialidad y formador en la mayor parte de los cursos que se celebraban desde 1967.

El capitán Abós elevó una propuesta para que todas las unidades de montaña funcionaran de la misma forma que en Aragón, con unidades plenamente dedicadas al rescate, desplegadas al pie de los macizos montañosos y con el apoyo del helicóptero cuando fuera necesario.

Este modelo, vigente en la actualidad, permite actuar con rapidez en caso de que no se pueda disponer de medios aéreos y asegura un perfecto conocimiento del terreno de los especialistas. Dentro de esta reorganización, fue un gran acierto la creación del Centro de Adiestramientos Especiales de Montaña (CAEM) lo que permitía y permite actualmente impartir la formación necesaria para acceder a la Especialidad y los cursos de perfeccionamiento necesarios para formar al personal especialista en materias concretas.

Aunque desde hacía años, el helicóptero iba participando de forma cada vez más activa en los rescates, es con la creación en 1986 de la Unidad del Helicópteros nº 41, la UHEL-41, en Huesca, cuando se puede hablar de un empleo sistemático del helicóptero en los rescates, configurando equipos de socorro formados por especialistas en montaña y pilotos plenamente homologables a los de los países de nuestro entorno.

A este binomio helicóptero-especialista en montaña impuesto en la década de los 80, que supuso un importante avance en la realización de los rescates, se une ahora en Aragón la figura del sanitario, médico o enfermero, que garantiza una asistencia sanitaria en el lugar del accidente, configurando lo que se ha dado en denominar el “modelo aragonés” de rescate en montaña.

La gran afluencia de practicantes del barranquismo a partir de mediados de los años 80 obligó también a adoptar otras técnicas de rescate y nuevos materiales a los que los GREIM se adaptaron con la celeridad que obligaban las circunstancias.

A principios de la década de los 90 se comenzó el adiestramiento de los miembros del Servicio de Montaña en la práctica de la espeleología y el espeleosocorro, contándose en la actualidad con personal altamente especializado en esta materia. En 2004 se diplomó la primera mujer como especialista en montaña, con el empleo de teniente, que pasó a mandar el Área de montaña de Cangas de Onís.

En la actualidad el Servicio de Montaña de la Guardia Civil está formado por 26 unidades, conocidas como GREIM, aunque en realidad se trata de Secciones, Grupos y Equipos de Montaña, desplegados en la mayor parte de los macizos montañosos de la península y en ambos archipiélagos y los componen 254 especialistas que, además de una formación de base importante, desarrollan unos planes periódicos de instrucción que permiten mantener un nivel físico-técnico adecuado.

A nivel internacional por parte del Servicio de Montaña se mantiene colaboración con grupos de rescate de carácter policial de los principales países europeos con competencias en esta materia. Mención especial merece la colaboración con la Gendarmería Nacional Francesa con la que se mantiene un contacto fluido y una cooperación que llega a la realización de rescates en el Pirineo, a ambos lados de la frontera, cuando es solicitado por el otro país. Se puede asegurar que, en la actualidad, la Guardia Civil de Montaña se encuentra al nivel de los mejores grupos de rescate a nivel europeo.

Esta proyección del Servicio de Montaña de la Guardia Civil en el ámbito internacional marcó un salto cualitativo en Abril de 2015 con la participación en la operación de rescate de dos montañeros fallecidos en el Atlas marroquí y apenas un mes después en la búsqueda de siete españoles desaparecidos en el Valle de Langtang, tras el terremoto de intensidad 7,8 que asoló Nepal el 27 de Abril.

El pasado año 2016 la Guardia Civil realizó 950 rescates en montaña, en los que se rescató a 101 fallecidos y se socorrió a 562 heridos y 771 ilesos.

Desde la reorganización de 1981, fecha en la que se cuenta con estadísticas de todas las Unidades, hasta el 31 de Diciembre de 2016, el Servicio de Montaña de la Guardia Civil ha realizado 19.431 rescates, en los que se ha auxiliado a 32.132 víctimas, entre las que se encuentran 2.636 fallecidos, 11.707 heridos y 17.789 ilesos.

Se tiene previsto realizar los actos de celebración de dicho aniversario durante la segunda quincena del mes de Septiembre del año actual, coincidiendo con el cincuentenario de la publicación de la Orden General que creó los Grupos de Esquiadores-Escaladores.

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