Aaron Durogati: “Esquiar por pendientes extremas y solo ver tus huellas es una sensación increíble”

Redacción - @outdooractual20/11/2017
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Aaron Durogati (Merano, 1986) es un piloto profesional de parapente italiano y uno de los treinta atletas seleccionados para la Red Bull X Alps. Rodeada de algunas de las montañas italianas más altas des de pequeño, Aaron tiene pasión por muchos deportes alpinos, incluyendo el parapente, el speed riding, el montañismo, el esquí o el esquí de fondo. Aaron tiene licencias de parapente y de instructor de esquí y es entrenador del equipo de esquí Merano. Además de ser un piloto de parapente de competición, también apoya a Gin Gliders con pruebas y desarrollo de planeadores. Entre muchos triunfos y podios logrados en su corta carrera, destaca el Campeonato Mundial de Parapente, el trofeo más valorado dentro de este deporte. En esta entrevista, Aaron Durogati, atleta de Salewa, explica la experiencia que vivió con sus tres compañeros de expedición en Georgia, en la que se propusieron esquiar por laderas extremas en autentica solitud.

¿Cómo surgió la idea de realizar esta expedición?
La idea surgió durante una excursión de esquí con Wolfang Hell. Fue contactado por un piloto austríaco que quería promocionar sus viajes de heliesquí en Georgia. Después de que el piloto nos mostrará algunas fotos de los Chauki Dolomites, nos enganchamos inmediatamente.

¿Quién formó parte de la expedición?
El equipo lo formamos cuatro atletas con diferentes fortalezas cada uno. Woflgang Hell, ex esquiador italiano y ganador de la Copa de Europa 2009 de slalom gigante y aspirante a guía de montaña; Daniel Ladurner, que con sus 23 años ya es un veterano del alpinismo y del esquí extremo y la escalada, Allesandro D'Emilia, fotógrafo y cineasta de Storyteller Labs, y yo mismo.

¿Cómo fue el viaje?
Fuimos de Venecia a Estambul en avión, y desde allí continuamos nuestro viaje a Georgia. Pasamos por muchos pueblos pequeños durante el trayecto, de modo que pudimos comprar allí la comida y la gasolina necesaria. Desafortunadamente no pudimos hacer todo el viaje hacía nuestro pequeño pueblo en coche... por lo tanto, tuvimos que caminar los últimos kilómetros. El pueblo que elegimos, Juta, es muy pequeño y en invierno solo viven tres familias. Podemos considerarnos afortunados ya que pudimos dormir la primera noche allí y almacenar nuestras provisiones y equipos para todo el período de la expedición. El segundo día partimos hacia nuestro campamento base en medio de los Dolomitas de Georgia. Durante nuestra expedición fuimos solo una vez a Juta para rellenar nuestras provisiones. El resto de los días dormimos en nuestras tiendas.

¿Cómo fueron las condiciones meteorológicas?
En realidad, el pronóstico del tiempo era muy bueno, pero cuando llegamos nos dimos cuenta de que no era así…Había menos nieve de la esperada y temperaturas demasiado cálidas, que sumadas a la mala visibilidad nos hicieron temer que nuestro sueño de esquiar grandes pendientes no se cumpliera. Pero tan pronto como llegamos a nuestro campamento base, las condiciones climáticas cambiaron a nuestro favor: 3 ½ metros de nieve y hasta -20 grados por la noche. Lo divertido de la historia es que al final desmontamos las tiendas en camiseta... así que experimentamos el cambio estacional de invierno a primavera.

¿Cómo era un día cualquiera?
Nos despertábamos muy temprano. Daniel era nuestro cocinero y preparaba un delicioso y bien tolerado muesli como desayuno, compuesto por avena y fruta seca. Fortalecidos de nuestro desayuno energético, subíamos algunas laderas, de las que durante la expedición pudimos esquiar 11 de ellas, que tenían hasta 60° de pendiente. Después de un recorrido cocinábamos el almuerzo, secábamos la ropa y clasificábamos nuestro equipo. Después, nuevamente llegaba la hora de hervir agua para la cena.

¿Tuvisteis algún problema con la orientación?
El problema central de la orientación fue que no teníamos una carta topográfica sobre la cual basarnos. Lo único que podíamos usar eran los registros del ejército ruso de la web y los registros de nuestro piloto. Luego tratamos de juntar esta información.

¿Cómo profesional del parapente, tuviste la oportunidad de hacer algunos vuelos a toda velocidad?
De hecho, pude hacer esquí extremo con mis colegas y un vuelo de alta velocidad por día. Especialmente, estuve más feliz de tener el parapente conmigo, ya que durante una bajada esquiando estrellé un esquí contra una piedra y se rompió la punta del esquí. Además, me dolía la rodilla por la caída, por lo que esquiar no hubiera sido posible. Así que solía usar mi parapente para bajar a salvo. Lo bueno fue que el parapente me permitió esquiar en pendientes empinadas y estrechas.

¿Qué fue lo más especial de esta expedición?
Estar solos, solo nosotros cuatro y nadie más. Fue una sensación increíble e indescriptible, esquiar por pendientes y ver solo tus huellas.

¿Algún plan para el futuro?
Siempre tengo planes, pero por ahora no revelaré nada.

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